El anillo de graduación se remonta como tradición al año 1835; Es un símbolo de orgullo, de esfuerzo y de triunfo y es una distinción que pretende celebrar el prestigio de la institución en la que se ha estudiado.

Gracias a la tradición egipcia, suele llevarse el anillo en la mano derecha y en el dedo anular por la tradición de los caballeros de ponerse el suyo allí creyendo que ese dedo les otorgaría buena suerte.